Preparar un buen caldo es tarea fácil. No me puedes negar que no se nota la diferencia entre un buen caldo casero y uno de brick o de pastilla. Realizarlo es bien sencillo: pelar, trocear, hervir y almacenar. En cinco minutos de trabajo y entre 20/40 minutos de hervido suficiente. Sigue estos pasos para obtener un caldo limpio con sabor a verdura fresca. Aclara salsas, remata deliciosas cremas, utilízalos en la base de tus guisos express, ganarás sabor y potencia para tu disfrute. Empezamos.

En primer lugar decir que hay muchas maneras y diferentes verduras para preparar una buena base con sabor a huerta. Yo personalmente preparo un caldo de verduras con casi las mismas verduras que un cocido. Hay gente que lo prepara rehogando un poco la cebolla o todas las verduras. Así se añaden matices al caldo pero también la grasa que necesitamos para el rehogado. Si prefieres rehogarlo podrás quitar la grasa enfriándolo en nevera. Una vez frío la grasa quedará solidificada en la parte de arriba del caldo. Podrás quitarla fácilmente con una cuchara. ¡Atención! ten en cuenta que para meterlo en la nevera debes esperar a que haya bajado a temperatura ambiente. Yo, como prefiero hacer las cosas rapidito, lo hago sin grasa y así salto pasos con buenísimos resultados y consigo un caldo algo más sano. ¡COMODIDAD, SABOR Y SALUD! Esa es la idea de este blog.

Creo que hay dos aspectos muy importantes en la realización de un buen caldo. El primero es no pasarse ni en potencia de calor en el hervido, ni en la cantidad de agua; y el segundo, añadir aromáticas.

Hay que tener cuidado con las cantidades. Mucho apio, nabo, demasiadas aromáticas. Hay diferentes motivos que restan buen gusto a un caldo. Debemos conseguir que sepa a todas las verduras sin que predomine demasiado ningún ingrediente. Ve con ojo.

Como aromáticas puedes usar: Laurel, hojas de apio, bolas de pimienta, rabos de perejil o cilantro; guarda las hojas para otras elaboraciones, tomillo o romero sin sus ramas (aportan amargor). Suelo elegir siempre bolas de pimienta, unas 3 hojitas de apio, una de laurel y voy cambiando entre romero, perejil, tomillo y cilantro. Hay quien añade media seta seca, por ejemplo shiitake, obtendrás nuevos matices. Atrévete a probar con nuevos condimentos y compártelo con nosotros en los comentarios.

Recuerda que es mejor no añadir sal al caldo ya que no sabemos si necesitaremos una base más o menos salada. Dicen dicen las viejas lenguas que tampoco ayuda en el tiempo de cocinado. Antes de apagar el fuego coge un poco de caldo con una cuchara, disuelve un poquito de sal, sopla y prueba. Cuando esté rico ya tienes el caldo listo.

Una vez preparado el caldo espero a que enfríe en olla y lo congelo por porciones en bolsas zip. Suelo hacerlo por tandas de 500 ml de caldo. Elijo esta cantidad ya que es la que suelo utilizar en casi todas las elaboraciones para 2. Sin congelar aguantará de tres a cuatro días en la nevera. Si me sobra un poco me lo bebo deshaciendo una cucharadita de pasta de miso en él. Esta deliciosa pasta fermentada de origen japonés aporta muchas enzimas (lipasas, proteasas y amilasas) que benefician la absorción de las propiedades de muchos alimentos, por lo tanto, disfrutaremos de una digestión más nutritiva. Así de fácil.

¡Vamos con la receta!


Receta

·¿Cuánto caldo?: unas 10 raciones
·Dificultad: baja no, bajísima
·Precio: económico

INGREDIENTES
6 zanahorias peladas y en trozos pequeños
1 chirivía peladas y en trozos pequeños
1 nabo blanco peladas y en trozos pequeños
1 coli nabo peladas y en trozos pequeños
1 ramita de apio en trozos pequeños (si pones apio no pongas hojas y viceversa)
1 puerro (la parte verde en trozos pequeños, guarda la blanca para otra receta)
1 tomate cortado en cuartos
unos dientes de ajo con piel
laurel
10 bolas de pimienta negra
4 litros de agua

  • CORTAR las verduras
  • LLENAR de agua la olla
  • AÑADIR las verduras y aromáticas
  • ENCENDER el fuego al máximo hasta que hierva
  • BAJAR a potencia floja, que no hierva fuerte
  • TAPAR Y ESPERAR entre 20 y 40 minutos
  • GOZAR